Nuevo año, nuevos objetivos

 
Nuevo año, nuevos objetivos
Ya seas más o menos fiel a las tradiciones, el inicio de un nuevo año es siempre un buen momento para renovar tus objetivosy romper con aquellos malos hábitos que te impidan progresar profesionalmente.



 
Mucho más allá del romanticismo de los siempre repetitivos propósitos de fin de año que rara vez se cumplen, marcarse nuevas metas, nuevos retos, es fundamental para no perderse en el camino. Tener claro dónde queremos llegar nos ayudará a reconocer más fácilmente si nuestro trayecto se tuerza en algún momento.
 
Pensad, por un momento, en el típico juego infantil del laberinto. Un mismo inicio con un sinfín de variantes, pero con solo una salida válida. ¿Cómo resolverías el rompecabezas, iríais probando las distintas opciones una a una hasta tener suerte, o empezaríais por el final recorriendo el camino a la inversa?
 
La idea es la misma. La complejidad del rompecabezas, no obstante, variará en función de los objetivos y la ambición de cada uno. Proponerse retos demasiado complejos puede suponer un efecto inverso y acabar generando frustración, por la cual cosa es altamente recomendable que estos sean realistas.
 
El siguiente paso será reconocer el punto de partida. ¿Qué estábamos haciendo bien y en qué podemos mejorar? Hacer una pequeña introspección nos va a permitir reconocer, por un lado, aquello que nos estaba ayudando y, por el otro, aquello que nos perjudicaba.
 
En caso de no tener del todo claro cuál es el punto de salida, las consultorías especializadas te ayudarán a definirlo, acompañándote en tus primeros pasos para que el camino sea más ameno.
 
No tengas prisa. Periodiza los objetivos para evitar la frustración. De este modo tendrás un mayor control de tu progreso y sabrás que vas por buen camino.
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