Hay diferentes tipos de líderes en las empresas, algunos gestionan equipos de personas al disponer de aptitudes y actitudes innatas para dirigir y otros necesitan adquirir competencias para redefinir su perfil profesional.
El modo de liderazgo está relacionado con el tipo y la actividad empresarial como con las funciones departamentales de los lugares de trabajo, pero podemos clasificar los estilos en:
- Líder autoritario: enfocado a trabajar por odres con un control constante; es inflexible, no aporta comunicación ni opción a cambios.
- Líder carismático: dispone de elevadas habilidades comunicativas, extravertido y próximo.
- Líder democrático: escucha activamente a su equipo, atendiéndolo y motivándolo para obtener la mayor productividad; siempre buscando el acuerdo colectivo y la participación de todos.
- Líder “laissez faire”: es pasivo y delega autonomía a las personas, sin hacer el seguimiento para coordinar las tareas a realizar.
- Líder paternalista: atiende y supervisa, siendo conciliador y evitando las discusiones por encima de las necesidades empresariales.
- Líder transaccional: trabaja en base a objetivos, recompensando los empleados si se logran y sancionándolos si no.
- Líder transformacional: con naturalidad busca la adaptación de las personas con la organización.
La evolución actual nos sitúa en un líder efectivo que debe caracterizarse para trabajar según las personas a cargo en relación a la misión, visión y valores de la empresa. Tiene que ser motivador, considerado, responsable, innovador, comunicativo, consciente, inspirador y disponer de inteligencia emocional para obtener el máximo de su equipo.
- Líder autoritario: enfocado a trabajar por odres con un control constante; es inflexible, no aporta comunicación ni opción a cambios.
- Líder carismático: dispone de elevadas habilidades comunicativas, extravertido y próximo.
- Líder democrático: escucha activamente a su equipo, atendiéndolo y motivándolo para obtener la mayor productividad; siempre buscando el acuerdo colectivo y la participación de todos.
- Líder “laissez faire”: es pasivo y delega autonomía a las personas, sin hacer el seguimiento para coordinar las tareas a realizar.
- Líder paternalista: atiende y supervisa, siendo conciliador y evitando las discusiones por encima de las necesidades empresariales.
- Líder transaccional: trabaja en base a objetivos, recompensando los empleados si se logran y sancionándolos si no.
- Líder transformacional: con naturalidad busca la adaptación de las personas con la organización.
La evolución actual nos sitúa en un líder efectivo que debe caracterizarse para trabajar según las personas a cargo en relación a la misión, visión y valores de la empresa. Tiene que ser motivador, considerado, responsable, innovador, comunicativo, consciente, inspirador y disponer de inteligencia emocional para obtener el máximo de su equipo.