La escucha activa en el entorno laboral

 
La escucha activa en el entorno laboral
La escucha activa es una capacidad clave para tener una buena comunicación con los compañeros/as de trabajo. Esta habilidad puede ser innata o se debe trabajar con formación - práctica y una conciencia plena en el mensaje de la otra persona.
Escuchar y entender cuando la otra persona se comunica requiere un esfuerzo cognitivo, con empatía hacia el interlocutor. Todo el mundo dedica mucho tiempo a los propios pensamientos y en cómo explica la información, en lugar de atender y situarse en el lugar del otro. Hay que percibir los sentimientos, las emociones, las ideas y los objetivos; estos aspectos se identifican con el mensaje y en cómo se expresa la temática con el lenguaje, el contacto visual, la gesticulación, el movimiento corporal, etc.
 
Los errores más comunes que limitan la escucha activa son:
- La distracción y la interrupción durante la conversación, mientras la otra persona habla.
- El hecho de juzgar las ideas, rechazando la validez del tratado por el otro e imponiendo la propia visión.
- Descalificar la opinión sin aportar o razonar, ofreciendo ayuda y explicando un caso propio sin acabar de recibir todo el contenido.
- No observar las señales verbales (el mensaje, el tono de voz, el tipo de lenguaje, etc.) ni las no verbales (la sonrisa, la postura, etc.).
 
Es muy importante hablar aportando palabras de refuerzo que transmitan positivismo y apoyo, a la vez que hay que interactuar preguntando por la situación o el estado de la persona mostrando interés por el emisor; sin un uso en exceso para no desorientar la comunicación. La buena gestión de la escucha activa tiene muchos beneficios para mejorar la interlocución, como para encontrar soluciones y resolver problemas en lugar de debatir.
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